viernes, 26 de septiembre de 2014

Misofonía por la psicóloga Nuria Alonso Fernández


¿Qué es la misofonía?: 

Misofonía literalmente significa “odio al sonido”. La palabra misofonía viene del griego μίσος (misos): aversión, odio o profundo desagrado y φωνή (foné): sonido.
En 1991 los científicos estadounidenses Pawel y Margaret Jastreboff fueron los que usaron este término por primera vez y el 2010 fue reconocida como enfermedad y publicada en algunos libros.
Aunque podríamos entender el término como “Odio al sonido”, la misofonía no se trata de una fobia, ya que no tiene una causa psicológica, las personas que la sufren tienen una sensación subjetiva de molestia o malestar ante ciertos sonidos. Realmente es una condición neurológica, muchas veces asociada a experiencias negativas y una disminución en la tolerancia a los ciertos sonidos, pero en su tratamiento sí pueden ayudar terapias psicológicas para sobrellevar y mejorar el problema.
Uno de los problemas de este trastorno es su difícil diagnóstico y la falta de un tratamiento eficaz adecuado debido a que hasta hace bien poco no había sido catalogada como enfermedad.
La misofonía puede aparecer en cualquier edad pero suele aparecer a final de la infancia o en la adolescencia y muchas veces suele empeorar a lo largo del tiempo.
Diferencias con la fonofobia o la hiperacusia:
Hay que tener claro otros trastornos que pueden confundirse con la misofonía:
-Fonofobia: Es una hipersensibilidad al sonido que tiene causa psicológica. En este caso, el problema es el miedo que producen ciertos sonidos de otras personas.
-Hiperacusia: Es un patología médica donde la persona percibe el sonido a un volumen más intenso de lo que en realidad se está produciendo. Hay una disminución de la tolerancia a sonidos habituales y naturales del ambiente. La hiperacusia es la pérdida del rango dinámico del oído, entendido este último como la habilidad del sistema auditivo de manejar elevaciones rápidas del volumen del sonido.
-Tinitus: Se denomina así al hecho de percibir golpes o sonidos repetitivos en el oído sin que haya una fuente sonora externa. Algunas personas lo experimentan como "ruido de cabeza" o "tintineo del oído" y usan una variedad de términos para describirlo.

Síntomas:
Las personas que sufren misofonía pueden sentir malestar, ira, enfado, pánico, temor e inclusive llegar a imaginar que atacan al que produce dicho sonido.
Los sonidos suelen ser tan normales como los producidos por otras personas al comer, beber, sorber, respirar, olfatear o toser…
También pueden sentir molestias por otro tipo de sonidos repetitivos como masticar chicle, hacer pompas con él, el crujir de huesos…
Estas personas pueden manifestar ansiedad y conductas de evitación (prescindir de algunas relaciones personales, familiares, aislarse de ciertas personas y reuniones sociales…).
En algunos casos muy graves, la situación puede ser tan intolerante que se pueden presentar comportamientos violentos hacia objetos, personas o animales involucrados.
Muchas veces, estas personas comienzan a centrar su atención en los momentos anteriores a la producción del sonido originado por personas. A veces puede convertirse en una obsesión con respecto a estos ruidos, haciendo que la hipersensibilidad se extienda y que haya una intolerancia hacia esas personas y/o situaciones donde aparece el sonido.
Las reacciones de malestar pueden empezar cuando comienza el sonido, pero las emociones negativas pueden desarrollarse hasta incluir actividades asociadas con el sonido.

Problemas de la misofonía:
Las personas que presentan misofonía generalmente desencadenan graves problemas psicológicos. Debido a su comportamiento a veces agresivo ante los demás, pueden tomar la decisión de evitar todas aquellas situaciones que motivan su malestar, por lo que en la mayoría de los casos termina con un aislamiento social de la persona afectada. Los escasos recursos con los que cuentan para paliar su dolencia tampoco ayudan a favorecer su integración social, ya que únicamente disponen de la opción de usar tapones para los oídos o audífonos que reproducen música. En cualquier caso, están destinados a no escuchar los sonidos que producen el malestar, pero no a resolver el problema.
Actualmente se desconoce la prevalencia de misofonía. Los grupos de personas que se identifican con esa condición sugieren que es más común de lo previamente reconocido. En algunas encuestas a pacientes con tinitus (tintineo), que es frecuente en el 4-5% de la población en general, se reporta prevalencia de hasta 60%. En un estudio de 2010 se obtuvo una cifra de 10%.
Los problemas de audición son más frecuentes de lo que pensamos. Muchas veces existe un tratamiento adecuado que soluciona el problema auditivo, pero otras veces, sobre todo cuando se trata de una hipersensibilidad al sonido, es más difícil establecer un tratamiento efectivo, ya que los factores físicos y psíquicos están interrelacionados en este tipo de dolencias. A esto se añade el problema de que se trata de afecciones muy difíciles de diagnosticar.

Tratamiento:                                                                                                        
Hasta el momento no se tiene una cura. Algunos de los tratamientos que se han utilizado son la terapia congnitivo-conductual y la terapia de recapacitación en el tinitus o TRT, los cuales han ayudado a algunos pacientes pero no a todos los que sufren de dicha alteración.
Como dicha enfermedad está siendo reconocida desde hace poco puede que muchos médicos desconozcan acerca de ella e incluso no lleguen a diagnosticarla adecuadamente. Se recomienda que se consulte con expertos en otorrinolaringología los cuales están más capacitados para dichos problemas.
No existe una cura para esta condición, pero existen ciertos tratamientos psicoterapéuticos e hipnóticos que han sido exitosos en algunos pacientes. Es importante distinguir entre tratamientos a los síntomas y los que evitan que los síntomas vuelvan a ocurrir. A diferencia de la hiperacusia, la misofonía es específica para ciertos sonidos. Poco se sabe acerca de la localización anatómica de la anormalidad fisiológica que causa tales síntomas. Lo más probable es que se encuentre en las altas estructuras del sistema nervioso central. Se ha especulado que la ubicación anatómica puede ser más central que la involucrada en la hiperacusia.
A la espera de un tratamiento más adecuado, los afectados por la misofonía siguen condenados a vivir en un estado o bien de ansiedad, si deciden hacer frente a los molestos ruidos, o bien de aislamiento, si deciden evitarlos



viernes, 19 de septiembre de 2014

Depresión postparto por la psicóloga Nuria Alonso Fernández

Cuando se tiene un bebé, aparece uno de los momentos más felices e importantes para la vida de una mujer. Aunque este momento puede vivirse de una manera emocionante, los diversos cambios físicos que se experimentan durante el embarazo y después del parto pueden dar lugar en ocasiones a sentimientos de tristeza o incluso llegar a extremos tales como la depresión posparto.


En las siguientes líneas os explicamos como distinguir una depresión posparto de otro tipo de cambios de estado de ánimo que se consideran normales durante esta etapa de la mujer.

¿Cuáles son los síntomas propios de una depresión posparto?:
Algunos de los síntomas que pueden aparecer y que nos pueden hacer sospechar que existe este trastorno son los siguientes:
-Tristeza: La mujer que padece este trastorno puede sentirse infeliz y/o que no le apetece vivir, es frecuente que no sepan por qué se sienten así.
-Irritabilidad: Este síntoma viene muchas veces acompañado del anterior, esta irritabilidad puede dirigirse al niño o incluso al marido.
-Fatiga: La fatiga es un síntoma normal en el embarazo y después de este, pero las mujeres que padecen depresión postparto es tan intenso que muchas creen que suelen padecer algún problema físico.
-Insomnio: Se suele presentar de dos formas, o se tarda en conciliar el sueño o si se es capaz de conseguir dormir, se suelen dormir pocas horas.
-Pérdida de apetito: Se tienen menos ganas de comer, y esto hace que estas mujeres se encuentren más agotadas, lo que les conlleva a su vez a comer menos y que se encuentren más agotadas y malhumoradas.
-Incapacidad para disfrutar: Se puede perder la ilusión de disfrutar de las relaciones sexuales y de otras actividades que hasta ese momento pudieran resultarle atractivas.
-Desbordamiento: La mujer puede tener la sensación de que no está haciendo nada bien y que no puede hacer nada para remediarlo. Sienten que no pueden acostumbrarse a las nuevas rutinas de la situación y de las necesidades del bebé.

-Síntomas de ansiedad: La mujer puede sentir sensaciones de ahogo, puede sentir que se le acelera el pulso y sentir pulsaciones al tener pensamientos como “el niño se puede ahogar en cualquier momento”, “tarda en dormirse”, “puede caerse en cualquier momento”, “puede hacerse daño si me distraigo”…


¿Que diferencia hay entre padecer una depresión posparto y padecer los llamados babys blues” ?:
Se le da el nombre de ”babys blues” a un conjunto de síntomas físicos y psíquicos que se suelen padecer en los días inmediatamente posteriores del nacimiento del bebé.  Suelen ser cambios de estado de ánimo súbitos, tener ganas de llorar sin tener una razón aparente, sentirse sola, triste, inquieta, irritable…

Los “babys blues” pueden durar entre unas horas o hasta 1 a 2 semanas después del alumbramiento y no siempre requieren tratamiento.

La clara diferencia entre los "babys blues” y la depresión posparto radica en la intensidad y en el tiempo que suelen durar. Si se padecen los "babys blues”, la intensidad y la duración de los síntomas será menor que si se padece una depresión posparto, ya que esta última puede alargarse hasta varios meses e incluso años.

¿Qué tipo de mujeres están más predispuestas a padecerlo?:
Toda mujer de cualquier edad y nivel económico y que haya tenido un hijo puede estar expuesta a padecerlo. Aún así hay algunos factores predisponentes tales como: haber perdido al niño o haberlo destetado recientemente, alguna falta de apoyo por parte de la pareja, aparición de algún acontecimiento vital adverso (pérdida de empleo propio o de la pareja, muerte de algún familiar, problemas económicos…).

Las mujeres que han tenido más de un hijo tienen las mismas posibilidades de padecerlo que las que son madres por primera vez. Sin embargo las que han tenido algún episodio de depresión tienen más probabilidad de padecer la depresión posparto.


¿Qué pautas se deben seguir para intentar prevenir la depresión posparto?:
-Intenta descansar y dormir bastante, si es posible echarte una siesta cuando el bebé esté durmiendo, hazlo.
-Intenta no abarcar más responsabilidades de la cuenta, haz tanto como puedas y no te sientas mal porque hayas dejado tareas sin hacer.
-Habla con tu pareja y con tus familiares y amigos si te sientes mal, o si piensas que no puedes abarcar todos los cambios que acarrea el cuidar del bebé.
-No pases mucho tiempo sola, pero si pásalo a solas con tu pareja.

¿Cuáles son las consecuencias de no poner tratamiento al problema?:
La depresión postparto suele mejorar sin tratamiento en algún grado al cabo de semanas, meses, o en uno o dos años. Pero esta leve mejoría, puede no ser tal y pueden aparecer problemas y tensiones en la  relación de  pareja, traumas personales por la mala experiencia de la maternidad, por lo que es muy importante acudir y pedir ayuda lo más pronto posible a un profesional.

¿Qué tipo de tratamiento es el adecuado para solucionar este trastorno?:
Algunas mujeres no son conscientes de que tienen un trastorno y se pueden sentir avergonzadas de tener que reconocer cómo les ha afectado el nacimiento de su hijo. Si se sospecha la presencia de este trastorno, se puede ayudar a la paciente intentando hacer que se exprese como se está sintiendo tras el nacimiento de su hijo. Si se siente triste, asustada o irritable, se debe aceptar con una actitud comprensiva.

La pareja juega un papel decisivo para afrontar el problema, ya que el marido debe intentar entender que su pareja necesita de su apoyo y ayuda para poder solucionar el problema.

Algunos profesionales, como pueden ser los médicos de cabecera, están preparados para detectar la depresión postparto, aunque otros profesionales lo pueden pasar por alto o incluso confundirla con un “baby blues”, por lo que es recomendable hablar del problema con un psicólogo y con un psiquiatra.

viernes, 12 de septiembre de 2014

El maltrato en la familia por la psicóloga Nuria Alonso Fernández

En las siguientes líneas os queremos aclarar ciertas dudas sobre la violencia de género. Es importante que sepáis cuando se está dando el maltrato, para poder actuar en consecuencia si os encontráis en esa situación o si conocéis a alguien que la puede estar sufriendo.

1. “La gente que maltrata es porque ha tenido o tiene una historia psiquiátrica anterior”: FALSO.

Sólo hay un 10% de maltratadores que han presentado a lo largo de su vida una historia psiquiátrica anterior al maltrato.


2. “Si en el pasado has maltratado a alguien, maltratarás”: FALSO.

Solamente un 20% de los maltratadores han presenciado en su infancia el maltrato. Está claro que los antecedentes familiares juegan un papel importante para que una persona se convierta en un maltratador, pero esto no significa que sea un punto determinante para desencadenar el problema.


3. "El problema de la violencia familiar está demasiado exagerado”: FALSO.
Según las investigaciones, el problema del maltrato es una de las causas más comunes de lesiones en la mujer por encima incluso de accidentes de coche o incluso de las violaciones. A esto debemos añadirle que en un 50% de las casas ocurre algún tipo o forma de violencia.

4. "Los hombres y las mujeres se han peleado desde siempre, es algo natural”: FALSO.
En todos los hogares es normal que surjan problemas y conflictos entre los distintos miembros que la componen, pero esto no significa que haya que acudir al empleo de la violencia para  solucionarlo.


Aún así, la persona maltratadora tiene la errónea creencia de que puede controlar a su pareja y al resto de los miembros de la familia de cualquier manera, incluso a través de la violencia física y/o psíquica.


5. "La violencia familiar se encuentra solo en  poblaciones marginales y en clases sociales bajas”: FALSO.
A primera vista, nos puede parecer más visible que el problema del maltrato se suele dar en niveles sociales bajos, pero el maltrato puede originarse en cualquier tipo de clase social ya sea baja, media o alta.


Cuando se produce dentro de un nivel social superior, las personas maltratadas de este nivel, buscan ayuda dentro del círculo privado y no suelen buscar apoyo en organismos estatales tal como suele ser normal en clases con menores recursos económicos.

Esto no significa que no existan, sino que estos casos no suelen salir tanto a la luz pública como  los otros.


6. “Si el maltrato ocurre sólo una vez, este asunto no debería saberlo nadie, es  una cosa privada”: FALSO.
El maltrato en muy raras ocasiones sucede como un hecho aislado, lo normal es que los episodios violentos suelan incrementarse en su intensidad y/o en frecuencia. Por ello, hay que recordarles a las mujeres maltratadas que tienen todo el derecho a pedir y disponer de protección por parte de los sistemas policiales y  judiciales del país.

7. ”Si la mujer realmente quiere, podría dejar al maltratador  en cualquier momento”: FALSO.
Hay muchas razones por las que las mujeres maltratadas les cuesta tanto dejar a sus parejas, algunas de estas razones pueden ser el miedo que tienen de que los episodios violentos se incrementen, también pueden ser de tipo económico, religioso, social, legal…
Un ejemplo de ello, es que muchas mujeres que piensan en dejar a su maltratador, temen a que al abandonar el hogar puedan verse perjudicadas a nivel económico, incluso terminar viviendo en situaciones de pobreza.

8. “La violación dentro del matrimonio, no existe”: FALSO.
Una de cada cinco mujeres son obligadas a mantener relaciones sexuales mientras dura un episodio de maltrato o incluso después de que éste se haya producido. Así mismo, son obligadas a realizar actos sexuales indeseados que no se limitan sólo a la penetración, los cuáles también se consideran abusos sexuales.

9. "Si me quedo embarazada, dejará de pegarme”: FALSO.
No por estar embarazadas, el maltratador suele dejar de dar golpes, la violencia en este caso es muchas veces dirigida al vientre de la mujer pudiendo provocar abortos o graves complicaciones a la madre y/o al niño durante el embarazo.

10. "Las mujeres que son maltratadas son mujeres masoquistas y a las que les gusta que las maltraten”: FALSO.
Las mujeres jamás disfrutan con el maltrato, normalmente muchas sienten vergüenza, miedo, frustración por la situación en la que están. Muchas piensan que su pareja va a cambiar en cualquier momento ya que el maltratador promete una y otra vez que lo hará y por ello, ellas siguen esperando ese cambio en esa situación de violencia familiar.

11. “La violencia en la familia es consecuencia de el alcohol y de otras drogas”: FALSO.
El alcohol y otras drogas nos facilitan el desinhibirnos, pero esto no significa que causen la violencia. Lo que si es cierto es que si el maltratador abusa del alcohol u otras drogas, esto origine un incremento en la intensidad y/o en la frecuencia de la violencia. Ni todos los maltratadores son alcohólicos o abusan del alcohol u otras drogas, ni todos los que abusan de drogas o alcohol son maltratadores.

12. "Los maltratadores nunca cambiarán": FALSO.
Cualquier persona maltratadora puede aprender a cambiar su comportamiento. Pueden aprender a actuar y a comunicarse mediante formas no violentas, pero esto sólo se podrá conseguir si realmente el maltratador toma conciencia de su problema y quiere solucionarlo.

13. “El maltrato sólo esta dirigido por parte de los hombres a las mujeres”: FALSO.
También existe el maltrato dirigido por parte de las mujeres hacia los hombres pero este tiene una incidencia de un 1%  y suele ser más frecuenten en otros países.

14. "En cuanto se terminen los golpes, todo volverá a la normalidad": FALSO.
Hay muchos tipos de maltrato que no son físicos. El maltrato psíquico, el abuso emocional y sexual son varios de ellos. Estos suelen darse antes de que se instaure la violencia física y también se siguen dando después de esta. Las consecuencias de toda esta violencia, se verán manifestados en la mujer en forma de ansiedad, depresión, baja autoestima, problemas afectivos…

15. “No hay manera de romper con las relaciones de abuso por parte del maltratador”: FALSO.
Todas las mujeres pueden liberarse de esas relaciones de abuso, sólo tienen que valerse de los recursos comunitarios que son los que ofrecen los ambientes seguros.

En el caso de que os encontréis o conozcáis a alguien que se encuentre en una situación de maltrato, aquí os dejamos varios teléfonos de interés que os  pueden servir de ayuda:
-SERVICIO DE ATENCIÓN INMEDIATA PARA MUJERES MALTRATADAS EN ESPAÑA: 902 11 65 04
-SERVICIO DE INFORMACIÓN Y ASESORAMIENTO A MUJERES MALTRATADAS (Lunes a viernes de 9 a 21 h): 900 100 009
-SERVICIO DE INFORMACIÓN DEL INSTITUTO DE LA MUJER:
900 191 010
-GUARDIA CIVIL (pedir que se pase con el especialista mujer- menor correspondiente) :062
-POLICÍA NACIONAL: 091
-EMERGENCIAS : 112